El ser humano, cada persona, no es un ser aislado. Desde antes de nacer ya está en relación con otras personas: mamá, papá, hermanos... lo que llamamos familia. Es tan importante y relevante este grupo social, que afectará irremediablemente el resto de la vida del ser humano. Para bien o para mal. La familia marcará incluso la forma en que nos vemos.

¿Qué importancia tiene para ustedes la familia?

viernes, 13 de enero de 2012

HABLANDO DE FACTORES

Para construir una autoestima sana, hay que tomar en cuenta algunos elementos que han influido para que tú seas como eres. O sea, hay que ver lo que ha estado detrás de tu situación actual, como generadores de la imagen que tienes de ti, para que después puedas determinar a donde quieres ir; y así definir con claridad los pasos para llegar a esa meta.  
Los elementos o factores que han afectado tu propia autoimagen y autoestima yo los catalogo en dos grandes bloques: los factores externos y los factores internos. Los primeros se refieren a tu entorno, lo que está inmediato a ti. Tú estás rodeado de tu familia, vives en una comunidad específica de un país cuya historia te ha afectado. Por ejemplo, en mi caso, viví en una familia desintegrada, con un padre que agredía a mi madre física y psicológicamente, en la década de los setenta, cuando el concepto de “derechos de la niñez” no existía. Un padre que nos maltrataba constantemente y sin razón aparente. Que me hacía sentir inseguridad. Muchas veces los hijos quedábamos en medio de dos fuegos, entre los gritos de mi padre y los de mi madre, confundidos sin saber a quien obedecer. Con temor. Hasta que un día, a mis 16 años, mi padre se fue. Pero no se fue con él la inseguridad y temores que generó. Esos aspectos los fui superando de a poco.
Continuando la reflexión sobre los factores externos, también vives en un momento histórico determinado, el cual ha influido en tu forma de pensar, de explicarte a ti mismo y al mundo que te rodea. Si comparas la vida de tu padre con la tuya verás las diferencias de lo que les ha tocado vivir: el traslado del campo a la ciudad, la diferencia en la tecnología, los cambios en las herramientas de trabajo de todos los campos, las expectativas de vida, las enfermedades del pasado y las presentes, el clima, las guerras, los períodos de paz… Entre otras cosas esta comparación demuestra los cambios que el tiempo ha generado, como factor externo, afectando a las personas a lo largo de la historia. Pero también esto aplica en personas de diferentes países o culturas. Los latinoamericanos son diferentes en sus relaciones, prioridades, costumbres y forma de verse a sí mismos respecto a los europeos o los asiáticos, puesto que el entorno, aunque actual, es diferente. Y eso a pesar de la globalización. Todos estos factores externos han ayudado a forjar tu personalidad.
Por otro lado están los factores internos; aquellos que parten de tu interior. Están relacionados a las actitudes con que enfrentas a la vida y a las capacidades o aptitudes  que tienes para afrontar las mismas.
Hablemos primero de la actitud. Si tiene una actitud positiva frente a la vida no importa cuantas contrariedades encuentres en tu entorno, los superarás con mayor facilidad o aprenderás a vivir con ellos, por la actitud positiva ante los acontecimientos diarios. Pero si tu actitud es negativa, aunque tu entorno te ofrezca oportunidades para salir adelante, aunque tengas la capacidad para afrontar las vicisitudes que aparezcan en tu vida, no podrás hacerlo porque verás sólo lo negativo que hay en tu entorno y en ti mismo. Las actitudes negativas están relacionadas al pesimismo, la arrogancia, el falso orgullo, el individualismo egoísta, la mala comunicación, entre otros elementos. Tú puedes desarrollar una actitud positiva si te convences que tu vida es valiosa; que está allí para que la disfrutes y no para que la sufras.
Con respecto a las aptitudes o habilidades podemos decir que estas se forman, se aprenden, si se está dispuesto a trabajar para desarrollarlas. Las aptitudes o destrezas nos ayudan a afrontar la vida, a desempeñarnos frente a las diversas situaciones con dominio de nosotros mismos y de manera asertiva, respondiendo con control y de manera adecuada a cada situación. Las habilidades o destrezas para la vida son una serie de comportamientos aprendidos conscientemente para reaccionar frente a un evento del entorno, en las relaciones interpersonales que tenemos constantemente, en el trabajo que realizamos para sostener la vida.

Para concluir este punto, ambos factores son determinantes a la hora de construir tu personalidad y, por ende, tu autoestima.
  • ¿Cómo estás en relación a tus factores externos: entorno, familia, cultura, creencias...? ¿Estás reconciliado y en paz, o te sientes oprimido por ellos?
  • En cuanto a tus factores internos ¿te conoces lo suficiente como para aceptarte tal cual eres o transformar lo que no te agrada de ti? ¿Qué piensas y sientes al respecto?

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