Cerrando nuestra reflexión.

Cada ser humano es una maravilla. Cada persona es valiosa en sí misma. Lo importante es descubrir la riqueza que tienes dentro para poder disfrutar la vida. Por que la verdadera felicidad está dentro de ti mismo: tú decides si serás o no feliz. Lo que debes hacer es simple. Aceptarte tal cual eres, descubriendo lo valioso que hay en ti y en los demás. Entonces podrás compartir esa alegría con los demás. 
Y no importan las situaciones que te rodeen, los problemas que puedas tener, la forma física que tienes o tu manera de hablar. Lo importante es que tengas la actitud de triunfar. Si tienes esa actitud, lograrás salir adelante sin importar los obstáculos. Sólo hay que tener paciencia.
Y si tú eres feliz, seguramente quienes te rodean se beneficiarán de esa felicidad. El disfrute de tu propia auto estima te llevará a hacer feliz a tu familia y amistades. No necesitas hacer nada especial o admirable; basta con ser tu mismo; pues eres alguien especial y admirable. Si crees que eres así, lo serás. A la única persona a quien debes demostrarle eso es a ti misma.
Espero haberte ayudado en el proceso de fortalecer tu auto estima. Si tienes dudas o comentarios, bienvenidos. Que Dios te bendiga.

Anti Génesis

Siempre en la linea del conocimiento de Dios, me interesa compartir esta narración. La encontré en un viejo convento Franciscano en Diriamba, Nicaragua. Entre los antiguos libros de una olvidada biblioteca. Recientemente lo vi en un sitio de Internet. Nos puede ayudar a reflexionar sobre el misterio del ser humano y cómo justifica sus acciones "en nombre de Dios". Es conveniente también revisarnos nosotros mismos a la luz de esta narración, no sea que actuemos como el "hombre" de esta narración.


ANTI GÉNESIS

La tierra era bella y fértil, la luz brillaba en las montañas y los mares, y el espíritu de Dios llenaba el universo.

El hombre dijo: "Que posea yo todo el poder en el cielo y en la tierra".
Y vio que el poder era bueno.
Y puso el nombre de grandes jefes a los que tenía en el poder, y llamo desgraciados a los que buscaban la reconciliación.

Y así fue el primer día antes del fin.

El hombre dijo: "Que haya gran división entre los pueblos, que se pongan en un lado las naciones a mi favor, y del otro las que están contra mí".
Y hubo buenos y malos.
Así fue el segundo día antes del fin.

El hombre dijo: "Que haya una censura para distinguir nuestra verdad de la de los demás".
Y fue así.
El hombre creo dos grandes instituciones de censura, una para ocultar la verdad en el extranjero, y otra para defenderse de la verdad dentro de casa.
El hombre lo vio, y lo encontró normal.
Así fue el tercer día antes del fin.

El hombre dijo: "Reunamos nuestras fortunas todas en un lugar y creemos instrumentos para defendernos; la radio para controlar el espíritu de los hombres, el aislamiento para controlar los pasos de los hombres, los uniformes para dominar las almas de los hombres".

Y así fue.
El mundo quedo divido en dos bloques en guerra.
El hombre vio que tenía que ser así.
Así fue el cuarto día antes del fin.

El hombre dijo: "Fabriquemos armas que puedan destruir grandes multitudes, millones y centenares de millones a distancia". El hombre creo los submarinos nucleares y los misiles que cruzan el firmamento.El hombre lo vio y se enorgulleció. Entonces los bendijo diciéndoles: "Sed numerosos y grandes sobre la tierra, llenad las aguas del mar y los espacios celestes. Multiplicaos". Así fue el quinto día antes del fin.

El hombre dijo: "Hagamos a Dios a nuestra imagen y semejanza, que actúe como actuamos nosotros, que piense como pensamos nosotros, que quiera lo que nosotros queremos, que mate como nosotros matamos". El hombre creo un Dios a su medida y lo bendijo diciendo: "muéstrate a nosotros y pon la tierra a nuestros pies, no te faltará nada si haces nuestra propia voluntad". Y Así fue. El hombre vio todo lo que había hecho y estaba muy satisfecho de todo ello.

Así fue el sexto día antes del fin.

De pronto, se produjo un gran terremoto en toda la superficie de la tierra, y el hombre y todo lo que había hecho dejaron de existir.
Así acabo el hombre con el cielo y con la tierra; la tierra volvió a ser un mundo vacío y sin orden, toda la superficie del océano se cubrió de oscuridad.
Pero el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas...

Al final de la narración Dios tiene la última palabra. Y en nuestra vida ¿será que Dios tiene algo que decirnos acerca del valor que tenemos para Él?

• ¿En qué Dios crees? ¿Será el verdadero Dios, o será uno hecho "a tu imagen y semejanza"?
• ¿Cómo es tu relación con todas las cosas creadas? 
• ¿Será que estás actuando de acuerdo a la voluntad de Dios, o según tu propia voluntad?

En relación con lo trascendente.

Dios es un misterio. Muchos dicen creer en Él, pero viven como si no fuera así. Otros niegan su existencia, pero sus vidas llenas de amor y apoyo solidario son una expresión de la presencia de Dios. Otros creen en Dios "a su manera". Muy light; sin compromisos reales, olvidando que, desde cualquier culto, el mandamiento mayor de Dios es el amor. "Ama y haz lo que quieras", dice San Agustín. Porque quien es capaz de amar, no podrá nunca hacer daño a otro ser humano o a otra cosa creada y, además, se verá impulsado a ser solidario con quienes le rodean. 
En el tema de la autoestima y familia sólida, la figura de lo trascendente, de un ser superior que acompaña y cuida, no está lejos de la realidad. La creencia en Dios ha dado base y  fundamentado los valores, la moral y la ética en todas las sociedades y culturas. 
El problema en las sociedades occidentales es que hemos alejado a Dios de la vida diaria. Lo hemos limitado al ámbito de "lo sagrado", al templo, al cumplimiento de ritos que muchas veces no impactan en el diario vivir. ¿Quién es el responsable de esta situación? Cada persona toma la decisión de asumir una vida de fe manifestada en obras claras y concretas; o ser un creyente mediocre de la fe que dice profesar.
Los verdaderos creyentes descubrimos a Dios como un ser superior que nos aprecia, que nos da dignidad y nos ama. ¿Cómo no sentirse bien cuando ese mismo ser nos trata como hijos, elevándonos a la dignidad de "hijos de Dios"?

• ¿Cuál es su experiencia en relación con ese ser supremo? ¿Es usted creyente?

La muerte

El ser humano es, igual que los otros seres vivos, un ser temporal. Nuestra vida pasa muy rápido, aunque en la juventud parece que creemos que nunca llegará ese momento. Ya un poco más maduros, nos damos cuenta que las decisiones que tomemos hoy tendrán repercusiones para la vida y que será muy difícil volver atrás. Lo que no se hace de joven es difícil hacerlo de adulto mayor.

Lamentablemente vivimos el hoy ignorando, en ocasiones, que estamos llamados a morir. Y si pensamos en este tema, a muchos nos sobreviene la angustia, por no haber logrado aún nuestras metas, o por no haber resuelto alguna situación pendiente con otra persona. El ser humano no está hecho para la muerte, sino para la vida. "Que tristes y solos se quedan los muertos". Por ello es importante aprovechar todas las oportunidades que nos brinda nuestro paso por la vida para ser feliz y hacer felices a quienes nos rodean. Porque "el tiempo perdido, hasta los santos lo lloran".

• ¿Qué piensas al respecto?
• ¿Ya eres feliz y has hecho feliz a otras personas?
• ¿Estás listo para morir?

Esclavos del entorno.

Hoy en día estamos rodeados de una sociedad muy individualista y comercial. En la práctica, el ser humano no es valorado en sí mismo. Requiere contar con recursos y conocimientos para que pueda ser apreciado. Se apreciarán sus cualidades personales dependiendo de cuan prácticas sean para generar productos o recursos específicos. La persona entonces vale para la sociedad por lo que puede hacer, por su capacidad para consumir y por el recurso que tiene, no por el simple hecho de ser un humano. Por ello la sociedad promueve u ofrece a las personas productos, con el simple fin de que consuma, se genere dependencia y se invierta en esos productos. La persona es simplemente un "prospecto", un potencial cliente que puede adquirir el producto e invertir por el mismo. 

El problema en este tema es que la mayoría de las personas no analizan esta dinámica social y caen en sus redes. Se vuelven consumistas despersonalizados, que se habitúan a consumir sin tener siquiera necesidad de hacerlo. Y creen realmente que tienen valor porque tienen dinero, por que tienen tal o cual carro, por que viven en tal o cual lugar, o por que satisfacen todos sus gustos. Sin darse cuenta se vuelven esclavos de lo que tiene, de los placeres y de la moda. Al final, no son libres. 

Esto se da mucho entre la población de los países desarrollados del norte de Europa y América, así como del pacífico asiático y de Oceanía. Llegan a los 40 años para vivir una crisis existencial. Parecen haber alcanzado todas sus metas a nivel económico, tener seguridad para el resto de su vida, pero no han logrado satisfacer el deseo de "felicidad" que buscaban. Esto se debe ha que se enfocaron en el éxito profesional, pero no construyeron a la par relaciones fundamentadas en valores y compromisos afectivos serios. Encuentran un gran vacío que muchos pretenden llenar con viajes y experiencias excitantes, como practicar deportes extremos (alpinismo, Bunge, esquí extremo, parapente, skateboarding, hydrospeed, paracaidismo, entre otros) o en muchos casos con la droga y el alcoholismo. 

Este vacío es difícil de llenar si no se han forjado relaciones positivas con las personas, especialmente las más cercanas: la familia. Si quieres ser feliz debes priorizar; poner en orden las prioridades de tu vida de manera que puedas tomar decisiones en base a esa priorización. Si la familia llega a estar por encima del trabajo, al momento de decidir en qué invertir mayor tiempo, será en la familia. Recuerda, si algún día dejas de existir, en el trabajo encontrarán pronto un sustituto para tu puesto. Pero en tu familia eres irremplazable.

• ¿En qué inviertes el "tiempo libre"?
• ¿Está tu familia en el nivel Nº 1 de tus prioridades en la vida?

Angustia y pánico.

En ocasiones la libertad que deberíamos gozar se ve privada por la angustia y el pánico. Estos sentimientos, que nos privan del gozo de vivir, suelen invadirnos en los momentos menos esperados. Las causas de estos sentimientos no son tan claros. La persona parece temer por situaciones que no se han dado, o por temor a que se dé la situación que genera la angustia. Temor a los espacios cerrados, a algunos animales, a personas con características específicas, a la muerte, entre otras, son causas comunes de angustia. Lo terrible es que, si no es manejado adecuadamente, pueden provocar momentos de pena para quien los vive. Es importante luchar aceptar estos sentimientos como parte de uno mismo. Pero también aceptar las situaciones que las causan, como hechos que se darán en su momento o como retos que deben ser superados.

• ¿Cuáles son las causas de tus angustias?
• ¿Cómo privan tu libertad?

Ser libre.

El ser humano no es un ser acabado. Está en constante construcción de su personalidad. Esto es evidente desde antes del nacimiento; dependiente de la madre que lo alimenta desde el cordón umbilical. Ya recién nacido, depende de los adultos que le rodean, pero su cerebro empieza a hacer las conexiones de neuronas que le preparan para su vida adulta. Ya en la niñez y la adolescencia temprana se ven las acciones de la persona que busca identidad: las rebeldías, el querer ser diferente de papá y mamá... Estas actitudes que en ocasiones no se entienden, ni si quiere por ellos mismos, son los primeros pasos en la búsqueda de libertad que anhela alcanzar toda persona. A medida que la persona crece en su capacidad de tomar decisiones y las habilidades que va desarrollando poco a poco para asumir la vida, empieza a asumir las responsabilidades de sus actos y a tomar decisiones por cuenta propia. 

El ser humano desarrolla su personalidad para lograr, entre otras cosas, satisfacer su necesidad de libertad, de ser una persona autónoma, capaz de tomar sus propias decisiones y de asumir las responsabilidades de las mismas. Esta parece ser no sólo una característica de la persona madura; sino también un objetivo de vida de cada ser humano.

Los vicios y malos hábitos, como el alcohol, las drogas, el tabaco, el chat, el Internet y otros, vuelven a muchas personas esclavas de los mismos, cercenando su libertad. La persona envuelta en estos vicios se cree libre siendo esclavo.

En ocasiones las situaciones económicas parecen "cortar las alas" a muchas personas que llegan a la edad adulta dependiendo aún del núcleo familiar. Las situaciones obligan en muchos casos a restringir la libertad a las decisiones colectivas que la familia toma para salir adelante y sobrevivir en muchas ocasiones a una sociedad agresiva con el mismo ser humano. Pero aún así los anhelos de libertad siguen vigentes en la persona madura, quien busca sus espacios para poder disfrutar de este derecho propio de la naturaleza humana.

• ¿Estás en búsqueda de libertad o has optado por ser esclavo de ti mismo?
• ¿Vives en libertad? ¿Qué te hace falta para disfrutar de este derecho?

Ser racional

El ser humano, a diferencia de los otros seres vivos, tiene la capacidad de discernir lo que es o no correcto para su vida. Para ello es capaz de, ante una situación, identificar varias alternativas y seleccionar aquella que considera la más conveniente para él. A esto le llamamos capacidad de "decidir". Un ejemplo, un perro ante una perra en celo actúa instintivamente, tratando de aparearse con la hembra y, seguramente, luchando con otros perros para lograrlo. Un hombre, ante una propuesta de una mujer de tener relaciones genitales, tendrá las mismas reacciones instintivas que el perro, pero como cuenta con un ser racional, se detendrá a tomar una decisión en base a una gama de alternativas que él mismo se plantea: abstenerse porque ella no le genera mayor afecto, abstenerse porque él ya tiene pareja, abstenerse porque ella tiene pareja, abstenerse por principios morales, abstenerse por considerarse una persona con dignidad como para aceptar tal propuesta, tener relaciones con ella sin protección, tener relaciones con ella con protección, asumir las consecuencias de esa relación esporádica, no hacerse responsable de estas consecuencias... De entre todas estas alternativas, la persona tomará una decisión en base a la alternativa que más pesa para él. 

En muchas ocasiones no tomamos en cuenta nuestra racionalidad, dejándonos llevar por nuestros instintos y justificando nuestro actuar con planteamientos culturales o materialistas, sin asumir las consecuencias de nuestros actos. Lamentablemente el hombre, en muchas ocasiones, actúa como el perro, negándose a asumir la responsabilidad de sus actos. Esto al final de cuentas destruye no sólo a la otra persona, sino a ti mismo. 

La racionalidad es importante a la hora de tomar decisiones fundamentales para la vida. Si aprendemos desde lo más pequeño a tomar decisiones en base a principios y valores de vida, cuando lleguen los momentos de tomar decisiones que afectarán el resto de la vida, tendremos la capacidad de hacerlo con mayor seguridad y responsabilidad. 

• Y tú ¿actúas como ser racional o por tus instintos?
• ¿Estás preparado para tomar decisiones fundamentales para tu vida?

Hábitos para la vida.

Parte de nuestra personalidad son los hábitos. Los desarrollamos a través del tiempo. Todo ser humano desarrolla hábitos para poder manejar su entorno: levantarse  temprano (o tarde), tomar los alimentos a una hora específica, palabras que se vuelven "muletillas" y que son características de su persona, preferencias al vestir. Los hábitos se vuelven acciones inconscientes de la mente (rutina) que realizamos sin pensar, como actos reflejos que ordenan de una u otra forma nuestra vida. Son aprendidos en la familia y entre los amigos. Estos también llegan a ser parte de nuestra personalidad.

Ocasionalmente asumimos hábitos negativos para poder enfrentar al entorno y socializar. Por ejemplo, hay quienes se habitúan a usar palabras obscenas para poder relacionarse con las personas y ser aceptados por un grupo. Otros fuman o beben con el mismo objetivo. Cuando uno toma conciencia de este aprendizaje y quiere forjar su vida en base a valores o principios para superarse y relacionarse con los demás de manera armoniosa, entonces debe desaprender los malos hábitos. Y para ello puede ayudar:

* Rodearse de personas positivas que mueven valores. Es seguro que conoces el dicho "dime con quien andas y te diré quién eres" En gran parte esto es cierto. Si te rodeas de personas positivas, estas te apoyarán y aprenderás de ellas a ver la vida de manera positiva. Seguramente te motivarán a salir adelante y a confiar en tus capacidades; te propondrán valores para la vida y te ayudarán en los momentos difíciles. Pero si participas en un grupo que propone anti-valores, aprenderás los mismos, serás utilizado y cuando lleguen los momentos de prueba ellos te darán la espalda. 

* Por cada mal hábito imponerse uno positivo. Si estás acostumbrado a decir una expresión grosera cada vez que pasa algo negativo, cambiala por una expresión positiva, como por ejemplo "hay Dios". Si acostumbras tirar basura en la calle, proponte en la semana poner la basura en una bolsa pequeña y después botarla en casa. 

* Lee más y deja la tv. Uno expresa lo que lleva en la mente. Si lees cosas positivas, como la Biblia o libros motivacionales, externarás esos pensamientos poco a poco en palabras y acciones. La tv actualmente presenta muchos antivalores de forma subliminal como propuesta para la vida. Además, mucha tv embrutece la mente y atrofia la creatividad. En cambio leer ayuda a "imaginar", o sea "crear imágenes mentales", lo que enriquece la creatividad.

* Construir un proyecto de vida. No debes permitirte ser un barco a la deriva. Es necesario que te plantees metas claras, a corto, mediano y largo plazo. De lo contrario en ves de "hacer tu historia" vas a "padecer la historia". Un proyecto personal te dará una razón para vivir cada día. En otro artículo profundizaremos en los elementos para construir un proyecto de vida personal.

* Deja de "chatear" y ponte a conversar. Es contradictorio pero cierto, mientras más avanzados son los instrumentos tecnológicos para comunicarnos, más incapaces nos volvemos de comunicar nuestras ideas a las personas que nos rodean. Actualmente hay mucha gente inmersa en la comunicación por Internet o por los celulares, "chateando" constantemente con personas que, muchas veces son desconocidas. Se deja así la comunicación más importante, con las personas reales que nos rodean y se interesan por nosotros. La familia: la pareja, los hijos, los hermanos, nuestros padres... Estas personas son quienes realmente se preocupan por nosotros y con quienes debemos construir relaciones fuertes y duraderas. 

• Saca tu diario y escribe los hábitos positivos que tienes. Después escribe los malos hábitos que posees y cómo crees que puedes superarlos.