En ocasiones la libertad que deberíamos gozar se ve privada por la angustia y el pánico. Estos sentimientos, que nos privan del gozo de vivir, suelen invadirnos en los momentos menos esperados. Las causas de estos sentimientos no son tan claros. La persona parece temer por situaciones que no se han dado, o por temor a que se dé la situación que genera la angustia. Temor a los espacios cerrados, a algunos animales, a personas con características específicas, a la muerte, entre otras, son causas comunes de angustia. Lo terrible es que, si no es manejado adecuadamente, pueden provocar momentos de pena para quien los vive. Es importante luchar aceptar estos sentimientos como parte de uno mismo. Pero también aceptar las situaciones que las causan, como hechos que se darán en su momento o como retos que deben ser superados.
- ¿Cuáles son las causas de tus angustias?
- ¿Cómo privan tu libertad?
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